14/8/13

¿¿¿SAL???




Seguro que alguna vez, mientras movías con energía el salero sobre tu plato, alguien te dijo:

¡¡¡No abuses de la sal, que es malo!!!
(no puedo evitar recordar la cara de mi madre diciéndomelo contínuamente..jejejeje)
El caso es que, como con casi todo, no es muy bueno abusar de ella, pero...¿sabías por qué?

Pues, entre otras cosas, porque:

-Aumenta la presión arterial

- Hace que aumente el riesgo de padecer un ictus (ataque cerebral o accidente vascular).

- Aumenta la posibilidad de sufrir algunos tipos de cáncer (según algunos estudios )

- Aumenta el riesgo de padecer cálculos renales (ya que su consumo hace que se retengan más líquidos).

- Provoca un aumento de la eliminación de calcio por la orina lo que favorece la aparición de osteoporosis.

Además, en mi caso particular, estaba tan acostumbrada a añadir más sal a los platos, que si no lo hacía me daba la sensación de que los alimentos no sabían a nada...

Sabía que era malo (en gran parte gracias a mi madre) pero me negaba a admitir que podía ser tan nociva para la salud, hasta que comencé a tener problemas graves de retención de líquidos y me "aconsejaron" en el médico que eliminase la sal.
Lo intenté por activa por pasiva, pero al final, el resultado era un efecto rebote, ya que el comer sin sal me creaba ansiedad. ¿Cómo salir entonces de esa espiral?

Un día acudí a una herboristería que visito con asiduidad, y le comenté mi caso. Me dijo que lo mejor era eliminarla, pero que en mi caso quizá era contraproducente...así que me aconsejó tomar un sustituto. También llevaba sal, pero iba acompañado de verduras y hierbas que le daban sabor a la comida y de ese modo, el efecto visual y de sabor no era tan brusco, así que decidí probar.

El resultado fue magnífico, el único inconveniente que le vi fue el precio (casi 5 euros el botecito de 250 gr) y con mi economía tan cual está se me hacía un poco cuesta arriba.

Ummm, pensé...tengo que encontrar la manera de hacer mi propia sal Herbamare (que así se llama la marca comercial de la que os hablaba), así que me puse manos a la obra.

¿Qué ingredientes lleva?
Según la etiqueta:  sal marina sin refinar, hortalizas (apio, puerro, cebolla...), plantas aromáticas (perejil, ajo, albahaca, mejorana, romero, tomillo) y alga marina Kelp.
Todas de cultivo biológico certificado.

Ummmm, (pensaba), las hierbas aromáticas son sencillas de conseguir, pero como conseguir las verduras y poder molerlas para mezclarlas con la sal???
De repente se hizo la luz!!! con una sopa juliana deshidrata. Encontré la sopa de Algamar, que además de llevar todas las verduras que necesitamos lleva incorporada un alga, así que me puse manos a la obra...

Mezclé todo: la sopa, las hierbas y un poco de sal y lo trituré. El
resultado fue estupendo, y ahora me sale muchísimo más económico ;-)

A continuación os dejo este video que encontré en internet, donde explican como hacer otro tipo de sales también muy ricas.


Y, por último, nos encantaría recibir tus comentarios: ¿Tienes problemas con la sal? ¿has encontrado alguna otra alternativa? ¿Has logrado eliminar la sal de tu dieta de alguna manera?
Abrimos debate ;-)

Foto de monicore en Pexels
   

4 comentarios:

marisa desaztre dijo...

Yo no soy de comer las cosas con mucha sal, pero si la consumo, sobre todo la sal marina porque, si bien tiene sus contraindicaciones, también, en su justa medida, aporta yodo y otros beneficios (mira aquí: http://asociacionvegetarianavidasana.blogspot.com.es/2012/07/propiedades-de-la-sal-marina.html). La idea de mezclarlas con hierbas y otros ingredientes me parece genial. Bezozzzz, guapaaaa.

Kat Ibáñez dijo...

Veo que sigues como siempre con tus interesantes post, este me ha resultado muy interesante ya que conozco a un familiar que no puede tomar sal y le transmitiré tus sabios consejos!

Saludos y feliz semana!

Yve, la ecocosmopolita dijo...

Te hago otra recomendación: muele semillas secas (girasol, calabaza, sésamo), pueden ser todas o algunas de ellas, pero muélelas una a una porque tienen diferentes consistencias y quieres un polvillo, no un puré. Luego lo mezclas con la sal y tienes una sal llena de minerales y sabor. Una cosa es cierta: mientras menos sal consumes, menos te hace falta. Es cuestión de acostumbrar al paladar a descubrir los sabores de la comida.

Marisilla dijo...

Que interesante!! Gracias por vuestras aportaciones chicas ;-)